Cascos amarillos-zona liberada. año 2006

-año 2006 ATEN -
La represión de Arroyito en abril del año 2007 no fue un rayo en cielo sereno. Desde 1996 los distintos gobiernos del Movimiento Popular Neuquino recurrieron crecientemente a medidas represivas para enfrentar a las protestas sociales y sindicales. La violencia estatal e incluso para-estatal fue in crescendo. Jorge Omar Sobisch se embanderó por completo con una perspectiva fuertemente represiva, redoblando la peligrosa tendencia iniciada por Felipe Sapag. Los líderes del MPN creían que con balas y aprietes se podía acallar las demandas sociales. Entre 1996 y 2007 no hay un solo año en el que no se registre una o varias represiones a docentes, estatales, desocupados u ocupantes de terrenos por falta de vivienda. Teresa Rodríguez es asesinada en 1997; hay heridos de balas de plomo en diciembre de 2001 y en 2003. Durante la huelga de Aten de 2006 Sobisch recurre a fuerzas parapoliciales: el ataque de los falsos “cascos amarillos”, con una “zona liberada” por la policía provincial, tal como fuera denunciado por el mismísimo subcomisario de policía de Cutral Co, Mario Zambrano.
Las maestras piqueteras.
...La paralización de las actividades en los yacimientos, sin embargo, no provocó el efecto que los más entusiastas esperaban: la producción -automatizada- no se detuvo. Por esa razón ATEN decidió apostar aún más fuerte, y resolvió bloquear la destilería de Plaza Huincul. Los piquetes instalados en derredor de esta planta serían a la postre desalojados por un operativo escandaloso, en el que una “patota” organizada por militantes del MPN y servicios de inteligencia, con la “zona liberada” por orden del propio Gobernador, y procurando torpemente camuflarse de obreros de la construcción que pretendían llegar a su lugar de trabajo, arremetió violentamente contra los trabajadores de la educación. Si bien los piquetes fueron desalojados, la burda maniobra no dejó bien parado al gobierno, que pocos días después debió firmar un acta con ATEN en la que satisfacía parte de sus demandas. La dirigencia sindical y el grueso del activismo interpretó el resultado de la huelga como una pequeña conquista económica y un gran triunfo político: hasta allí, Jorge Sobisch se había caracterizado por aplastar a todos los movimientos sindicales. Como resultado de esta lucha, los activistas de ATEN regresaron a las escuelas tostados por el sol de los piquetes y físicamente cansados, pero con la frente en alto, como diciendo a sus compañeros y compañeras más recelosos: “vieron que se podía”. Si con una huelga apenas parcial (una huelga “de la militancia”, como muchos decían) se había conseguido un triunfo, ¿¡qué no se conseguiría con una huelga masiva!? La huelga masiva estallaría al año siguiente.
* (Notas sobre la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén)
por Ariel Petruccelli.
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