Aniversario de ATEN

 Aniversario de ATEN

1982-21 de agosto- 2023 41 años de historia.
Cap 4. Los Orígenes de la Organización sindical.
(sindicato de trabajadores de la educación de Neuquén)



...Al sostener que existe en Neuquén una cultura de la protesta quería precisamente indicar que existe un segmento social para el que este tipo de participación es algo relativamente cotidiano, tanto si sus integrantes se consideran a sí mismo de izquierdas, como si no lo hacen. Y es esta cotidianeidad, precisamente, lo que da a la participación en las acciones de protesta un sentido peculiar: la protesta no es meramente algo que se hace, sino algo constitutivo de la propia identidad. Para los miembros de esta configuración cultural la lucha social no es algo que hacen, más bien es lo que son. Esta es la razón por la cual las acciones de lucha social, aunque obviamente, en cierto sentido, son siempre un medio para conseguir un fin (un aumento salarial, un nuevo derecho, etc.), para los miembros de la cultura son también, en una medida considerable, un fin en sí mismo: se protesta para expresar el propio ser. Se afirma positivamente, pues, la disidencia como derecho, con relativa independencia de las reales posibilidades de conseguir lo que se busca instrumentalmente. Este carácter constitutivo de la propia identidad es lo que explica lo que se presenta, tanto a ojos propios como ajenos, como una increíble capacidad para recomponerse a sus propias derrotas que muestra un sindicato como ATEN: simplemente, para un sector considerable de los trabajadores de la educación de Neuquén su participación en una huelga o una movilización depende poco de los resultados pasados o de las posibilidades presentes: ni la huelga ni la movilización son para ellos meramente un medio para un fin, ni la participación en las mismas es decidida empleando un criterio exclusivamente instrumental. Más bien la participación en esas acciones es algo que los constituye, su participación está determina en gran medida por una racionalidad de los valores, antes que una racionalidad de los medios adecuados a los fines. Como parte de ese entramado cultural, no dudo en afirmar: así como los cristianos van a misa, nosotros vamos a las movilizaciones.
Ariel Petruccelli - Prefacio a la segunda edición- 2015
Docentes y Piqueteros. Ediciones doblezeta 2015


Para Petruccelli, la contra-cultura de resistencia implica que sus miembros compartan una serie de valores y prácticas sociales tales como..."cierto anhelo de igualdad, una aspiración más o menos vaga de cambio social, un genérico ‘anti-imperialismo’, la protesta y el reclamo vistos como un valor positivo, una mirada crítica sobre el mundo y la sociedad en que viven, la organización y la movilización populares convertidas casi en una forma de vida, la importancia concedida a los derechos human os, la oposición al MPN, cierta ‘conciencia de clase’."



Los Orígenes del sindicato ATEN (18 minutos aprox)
Una película de Juan Manuel Rada
Producida por Laura Lagar - Hugo Alvarez
lachispadocumental@gmail.com


La cultura de la resistencia
Cultura de la resistencia, tan necesaria para mantener enhiestas viejas banderas de lucha y combate como remisa y desconfiada para enarbolar otras nuevas; poseedora de un discurso de cambio social pero temerosa de las innovaciones que puedan poner en juego hábitos y esquemas conocidos. Cultura de la resistencia que como mera reacción, permanece implicada en la lógica de aquello que rechaza, convirtiéndose así, en una práctica política que se agota en el peticionismo. Por ello mismo, resulta pertinente y alentador señalar que, si en Neuquén ha tenido lugar una experiencia de lucha como FaSinPat, ha sido porque los ex-obreros/as de Zanón abandonaron, justamente, esa cultura de la protesta; o si se prefiere, esa práctica política de la protesta cedió su lugar a la construcción de un proyecto autogestivo que requirió de prácticas militantes mucho más creativas y radicales que las del mero peticionismo sindical. La abnegación y el sacrificio militantes se permitieron no ya, únicamente la denuncia, sino y fundamentalmente, la elaboración, propuesta y construcción de esa hermosa y revolucionaria realidad que es hoy una fábrica sin patrón (y aún cuando esto haya respondido inicialmente a la cuestión específica y urgente de quedarse sin trabajo, su pervivencia diez años después trasciende la mera contingencia táctica).
Volviendo al colectivo docente, ese amplio arco de tendencias políticas que habitan el sindicato, tributarias en mayor o menor medida de esa cultura de la protesta, han contribuido decisivamente a instalar y desarrollar una práctica gremial hegemónica: la huelga. Más allá de las aparentes diferencias en sus prácticas, se construyó –siguiendo a Castoriadis- un imaginario social, un imaginario militante en este caso que, sobrepasando las disputas internas elevó al rango máximo de la vida sindical el paro de actividades. El sindicato había instituido la significación lucha, y con ello, al decir de Castoriadis, determinado lo que vale y no vale, lo que es lucha y no es lucha.
Desde luego que esa práctica hegemónica se tornaba casi unilateral absorbiendo todas las energías, todos los sacrificios y toda la entrega militantes. Para cuando se terminara la lucha, entonces sí, se prometían, nos prometíamos, crear espacios y tiempos gremiales para discutir políticas pedagógicas.
(fragmento del libro LUCHA DE CLASES Y POSMODERNIDAD LA HUELGA DOCENTE DEL 2007 EN NEUQUÉN por Marcelo Lafón. año 2012. pag 87/88/89 cap CAPÍTULO III)





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