El pueblo mapuce es una pueblo-nación que tiene una historia milenaria, un territorio, lengua en común, cultura y cosmovisión que los identifica y un conjunto de tradiciones que le pertenecen. Esto, más allá de que algunos tengan una ciudadanía impuesta argentina o chilena, unos vivan en las ciudades y otros en áreas rurales. Esa historia, esa cultura, los hace diferentes del resto de la población de ambos países, más allá de las fronteras estatales. Además, el pueblo mapuce como pueblo originario preexistente a la constitución y organización del Estado, tiene derecho por historia a resistir y rebelarse, a reclamar y exigir que se cumplan y se garanticen sus derechos que son derechos establecidos constitucionalmente, entre ellos el acceso a la tierra comunitaria y que el Estado además garantice reparaciones históricas.
Este domingo 20 de julio cerca del mediodía, y luego de varios días de permanencia alrededor de la casa de gobierno, las comunidades mapuce Fvta Xayen, Newen Kura, Ragilew Cárdenas y Kelv Kura que reclaman al ejecutivo de la provincia de Neuquen personerías jurídicas, padecieron una brutal represión policial al estilo Patricia Bullrich, ordenada por el Ministerio Público Fiscal, con decenas de detenidas y detenidos incluyendo dos menores de 13 y 15 años.
Lejos de naturalizar esta reciente represión, es necesario e imprescindible escuchar lo que las comunidades mapuce reclaman, exigen y denuncian, historizan: escuchar y acompañar. Desde la Confederacion Mapuce vienen insistiendo que “No hay seguridad jurídica en Vaca Muerta, ni en la provincia de Neuquén, si quién incumple la ley es el mismo Gobierno. Se deben registrar las comunidades a las que le falta su personería. ¡Basta de vulneración de derechos! expresan en un texto.
Cuando fue liberado del destacamento donde estuvo detenido junto a varios militantes más, Lefxaru Nawel señaló lo siguiente: “Fue una feroz represión, hay heridos, hubo violencia extrema, un procedimiento desproporcionado, hacemos responsable al gobernador Rolando Figueroa, y a los CEO de las petroleras que son las que realmente gobiernan la provincia de Neuquén”. Para Jorge Nawel, referente de la Confederación Mapuce de Neuquén, con el dispositivo represivo lo que busca el gobierno provincial es “escarmentar y dar el ejemplo de que quien reclame, solo recibirá palo”. En ese sentido además señaló que, “No estamos exigiendo territorio, no estamos exigiendo derecho a la consulta, pedimos el DNI de la comunidad, es un trámite administrativo. Y si nos cagan a palo porque estamos pidiendo una personalidad jurídica, imagínate cuando tengamos que pararnos en los territorios”. La libertad de las detenidas y detenidos fue posible a la masiva presencia de organizaciones sociales y de DDHH en ambos destacamentos policiales.
Hoy lunes a las 11 se realizó una conferencia de prensa en la casa de gobierno convocada por la COM, en donde se expresó entre los más destacado que, “La represión no respetó ni aplicó ningún código o Protocolo de Seguridad ante niños y adolescentes presentes. Dos de los más castigados por las fuerzas policiales fueron menores de edad.” Además, que muy al estilo Patricia Bullrich y su metodología represiva, la policía provincial atacó de manera premeditada al equipo de comunicación de la COM, Umaw Wenxu y Pewtun Nawel quienes tomaban registro de la represión.
Se argumentó en las intervenciones, la falta de interés y negativa por parte del gobierno provincial de otorgar las personerías jurídicas que hace tiempo se vienen exigiendo, ante lo cual se exige la renuncia del ministro de gobierno Jorge Tobares por ser el principal responsable del abuso policial y la represión excesiva, descontrolada: imágenes y filmaciones abundan de este accionar por si algún escéptico tiene alguna duda, policía neuquina que además tiene en su prontuario que siempre es necesario recordar, el asesinato del compañero Carlos Fuentealba en abril del 2007 en un contexto de criminalización de la protesta social.
Por estas horas abundaron los repudios por el accionar represivo como era de esperar y pasaron de largo los silencios y omisiones de organizaciones que deben seguir de receso invernal quizás. Es sin lugar a dudas, (in)comprensible la creación de este “nuevo enemigo público” por parte de la “neuquinidad” en el poder, que intenta desprolijamente ocultar e invisivilizar cierta incapacidad política de resolver y dar respuestas de los reclamos legítimos de las comunidades mapuces, que tienen sin discusión alguna derechos históricos y éticos a resistir y rebelarse, como pueblo oprimido y explotado por más de 150 años.