Bolodo poro Corloto de Humberto Bas


Está última novela publicada por Humberto Bas, confirma el proceso de condensación narrativa que viene llevando adelante desde hace varios años, y que van de la argumentación episódica (el superpalo, el señor ug...) a lo estrictamente escénico (Gil wolf y, está última: Boolodo poro corloto). Y no es casual que se inicié con Carlitos, el niño al que se le encomienda el cuidado de una vaca overa, quien enfrenta no el cuidado en sí, sino antes bien, el mientras tanto. Alzar, él, Carlitos, los pliegues del instante. Los mohines de la luz o de las cosas. Como si naciera precisamente ahí, en ese lugar en el cual se echa por primera vez una mirada inteligente hacia las cosas y las personas. Está manera de enfocar la narración, donde, como dice Carrera, lo latente es el ritmo y lo manifiesto el misterio, se va construyendo por el uso irreverente que Humberto hace de la puntuación y la cadencia (algo de eso disfrutamos ya en Gil Wolf). Los punto y coma como lomos de burro, no ya reteniendo el paso de la frase, sino haciendo saltar la línea (esa fricción que Humberto se trae de la poesía: el verso en pelea con la escritura lineal), dándonos en sus páginas una impresión escópica propia de las obras de teatro. En ellas, los personajes lo son todos los seres, que participan del movimiento continuo descompuesto que es la vida de Carlitos. Madres maestras abuelas tierra vidrio, etc.

(un texto de Gonza Starota)

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