Mujeres de la noche y trabajadores petroleros

 



Prefacio 

Melisa Cabrapan Duarte 

Estas páginas tienen la intención de explicitar y explicar algunas decisiones que llevaron a escribir este libro y a seleccionar su contenido. Son, primero, puntos de partida para compartir los motivos de editar mi tesis doctoral y, sobre todo, de lo que elegí no contar aquí o por lo menos no hacerlo del modo esperado. Este libro no es sobre trata de personas con fines de explotación sexual. No es sobre discursos mediáticos, políticas antitrata, ni dispositivos institucionales y activismos que combaten el tráfico y la trata sexual en la Argentina –que definen la ruta del petróleo patagónica como la ruta de la trata–. No es sobre el doble efecto de mayor control-criminalización de la migración de mujeres latinoamericanas y caribeñas, tampoco sobre la reespacialización y consecuente clandestinización del mercado sexual provocada por la legislación contra la trata en los niveles nacional y provinciales. Algunos de estos temas han sido escritos en otros lugares y también los contiene la tesis. Este libro es sobre economías sexoafectivas, que serán mejor comprendidas en el transcurso de la lectura, también de tránsitos entre economía, sexualidad y afectos en un contexto particular: el petrolero, en la provincia de Neuquén, Argentina. Para indagar esas conexiones y circulaciones, la prostitución, el mercado sexual o el trabajo de la noche (que son algunas de las formas nativas o conceptuales de nombrar los intercambios sexoeconómicos amplios y diversos) son el foco, así como las relaciones sociales que producen y son producidas en torno a estos.

A pesar de que los nuevos marcos legales a partir de la sanción de la Ley de Trata 26 364 en el 2008 tuvieron fuerte impacto en esas relaciones sociales, me interesa más presentar y profundizar el análisis de las prácticas –de género, sexuales, históricas, culturales– y los significados que estas expresan, desde los/as propios/as actores/as, que es sobre lo que los regímenes antitrata avanzan. Por eso se trata de una etnografía que busca, recupera –y pone en diálogo, pero también en tensión– múltiples voces situadas, para reconstruir el menos contado de los escenarios de la prostitución en un contexto petrolero: el de la vida cotidiana. Esa cotidianeidad alberga sentidos comunes que sedimentan la aparente normalidad, lo que es habitual, o incluso lo que es difícil de cuestionar o de extrañar, en su expresión antropológica. Más aún, en lo que respecta al orden de género, la vida íntima o privada contiene la politicidad que este libro pretende restituir y mostrar: los ensamblajes entre las exigencias de productividad de la industria de hidrocarburos y la reproducción de la vida que abarca los cuidados, afectos y deseos. Allí, la antropología feminista nos permitirá adentrarnos, profundizar y cuestionar las representaciones de las otras –mujeres de la noche– en relación con las de los otros –hombres petroleros–, pero con ellas y ellos, desde sus propios mundos. A su vez, esta etnografía intentará mostrar la relevancia del género –y de su estudio– como una dimensión estructurante de las sociedades, de los sistemas políticos y económicos (Moore, 1991), y del extractivismo. Con relación a este último, cabe anticipar que también dejaré de lado la incisiva discusión en torno a que el extractivismo petrolero –entendido como un modelo androcéntrico y neoliberal de extracción y comercialización de bienes de la naturaleza– genera prostitución. No obstante, eso no significa que este libro no aborde las relaciones sociales que despliegan las actividades extractivas, en particular, las que permanecen en silencio o silenciadas por las moralidades, intereses y estigmas implicados en las economías sexoafectivas. Por el contrario, apuesta a generar mayores acercamientos y contenidos críticos sobre cómo repercuten el desarrollo y las transformaciones de la industria de hidrocarburos en las vidas de las personas, en sus múltiples aspectos, pero haciendo especial hincapié en las relaciones de género. De ese modo es transversal –y por ello quizás implícita– la apuesta feminista por desnaturalizar sentidos y prácticas comunes, deconstruir particulares órdenes de género en contextos extractivos, y desestigmatizar estereotipos en torno a la sexualidad y a su interacción con la economía, presentando e indagando el ‘mundo de la prostitución’ en las rutas del petróleo neuquinas. En esta dirección, también dejé de lado la explícita referencia a la reflexividad etnográfica como parte del proceso investigativo –aunque inevitablemente en el libro está el involucramiento, la proximidad y el posicionamiento de quien escribe– lo que impide obviar que para «conocer a Otros[/as,] necesitamos también ser antropólogas de nuestros encuentros y de nuestros campos» (Guber, 2014, p. 32). Entre esos campos y encuentros sentí miedo, sorpresa, enojo, disfrute, desagrado, amistad, rechazo, deseo, cansancio, tristeza, amor. Me volví –o me convirtieron en– sospechosa, amiga, clienta, comadre, competencia, madrina, rara, fiola y confidente; y a través de todos esos entremezclados roles y contradictorias emociones pude presenciar, conocer, escuchar y sumergirme en escenarios de vida de personas que allí están y de otras que ya no están. Esos fragmentos de sus experiencias quedarán guardados en este libro, como huellas de rutas petroleras, para siempre poder volver. 

Ciudad de Neuquén, noviembre de 2021


Por ahora sólo agradecimientos! 🌱💫

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