BETO Y EL MBEJU

 BETO Y EL MBEJU

Beto, el jardinero del barrio, tiene por costumbre meterse a los patios, mirar las plantas, pedir algunas, regalar otras. Pero en el barrio le tienen miedo porque se mete a los patios sin pedir permiso. No entiende que la propiedad es más importante que sus ganas de mirar plantas.
Hace unos días entró a la mía y por la ventana me vio cocinando Mbeju. Me preguntó qué era eso.
- Mbeju; es como el chipá pero en panqueque.
Le convidé una porción y se fue.
Hoy llegó nuevamente y al verme cocinar me preguntó si era eso de “la otra vez”. Le dije que estaba haciendo pan integral, y le pregunté qué le había parecido lo de “la otra vez”.
-Me gustó mucho, pero mi esposa y mis hijas enloquecieron.
Pensé en la deriva del Mbeju que le había convidado. Una porción pequeña, envuelta en servilleta de papel. Pellizcó un poco, le gustó; lo guardó en la campera, trabajó hasta la tarde, llegó a su casa, sacó el Mbeju frío y seco, y multiplicó la gran novedad en la boca de su esposa y sus hijas.
Decir que todo ese gesto me enternece es no decir nada.
Algunos invierten en Lebacs, yo en Mbejus. Y tenía en la heladera para 3 o 4 Mbejus. Lo envolví en una bolsita, le expliqué cómo cocinar y le dije:
- Esto te lo regalo, el próximo te lo cobro.
Se río con todo el esplendor de su boca desdentada, y se fue.
Esta tarde llueve y hace frío en Neuquén… imaginen el resto.

por Elumber Humber

Newken. julio 2018

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