ESO QUE PASA MIENTRAS

 

ESO QUE PASA MIENTRAS
Esta primera novela de Carlos Salgado, Eso que pasa mientras, es un prodigio sobre la contigüidad: la experiencia del personaje aparece dispuesta en paños institucionalizados (la escuela, la casa, la revista, la literatura, etc.), uno al lado del otro, cada uno con sus propias células de realidad, que por aproximación variable sufren una serie de contagios o contaminaciones que hacen vascular la vida del héroe. No como piezas vitales que encajan unas en otras, sino antes bien, bajo el contacto desparejo de un roce que hace aparecer un diferencial, una zona bizca y cimbreante de tiempo que desmaleza, a su vez, la agrimensura social existente.

No es que el lector encuentre una novela fragmentaria. Por un juego de microscopia, vamos siendo parte de una lenta o acelerada precisión de lupa que llena los paños de vida del personaje (los momentos con Mili, la hija, son exquisitos). Y son esos momentos donde el estilo suave, puntual, de Carlos, que nos pellizca con un reguero de detalles, cuando nos asomamos a ese diferencial arriba descripto. Es como si hubiera un recorrido oficial de la experiencia y, al mismo tiempo, un dibujo puntuado, en negativo, como se dice, de gotas mixtas e impuras que desmienten la rigidez del mundo. Las transfusión fantasmal de la escritura.... Eso que pasa mientras...

(escribe Gonza Starota)

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