“Ni un paso atrás: testimonios de vida y lucha”

 Breve historia de la Asociación Madres 

de Plaza de Mayo


El inicio del largo camino de las Madres se retrotrae al secuestro y la posterior desaparición de sus hijos. En aquellos días, la palabra “desaparecido” casi no era utilizada por las Madres que, individualmente, reclamaban en las dependencias oficiales ante la inexplicable realidad. “No vino, no está, no volvió”, según fuera el caso, eran las palabras utilizadas para hacer referencia a la situación que estaban viviendo, ya que en muchos casos desconocían las circunstancias que habían rodeado la ausencia de sus hijos. En esos días, las recorridas por hospitales, morgues, comisarías y dependencias de las F.F.A.A. unieron a las madres no sólo en la desesperación y la incertidumbre sino también en la necesidad de actuar. Si bien no existe una fecha exacta, retrospectivamente las madres de Plaza de Mayo reconocen como momento fundacional la convocatoria realizada por Azucena Villafor de Vicenti en la puerta del despacho del vicario castrense de la Marina (Emilio Grasseli) para reunirse en la Plaza de Mayo el 30 de abril de 1977. 

La primera reunión en la plaza no fue del todo exitosa. Como aquel 30 de abril era un sábado, muchas madres no pudieran acudir a la cita y las que sí acudieron se encontraron con una plaza semidesierta. Allí se dieron cuenta de que si buscaban ser vistas y oídas debían reunirse durante la semana y cambiaron el día de reunión a los viernes. A las pocas semanas, una madre dijo que el viernes traía mala suerte y, finalmente, adoptaron el jueves como día de reunión. Luego de haber acudido a la plaza semanalmente, en 1978 las Madres tuvieron que suspender las marchas de los jueves y reemplazarlas por marchas relámpago, ya que fueron arrestadas y reprimidas en varias ocasiones. Después de un tiempo de no haber podido acceder a la plaza, en 1980 la recuperan y ya no la abandonan. 

Al igual que las rondas en la plaza de Mayo, los pañuelos blancos en la cabeza de las Madres son una imagen representativa de aquellos años. Partiendo de la premisa de que ser visibles era una de las maneras de denunciar, surgió la idea de concurrir a la peregrinación anual a la basílica de Luján de 1977 con pañales blancos en la cabeza (aún eran los tiempos en que los pañales eran de tela). Luego el pañal blanco se transformó en pañuelo, poco tiempo después bordaban en él el nombre y la fecha de desaparición de los/as hijos/as y luego se reemplazaría el nombre por la consigna “aparición con vida”. 

Según la documentación encontrada en el archivo de la Asociación Madres de Plaza de Mayo filial Neuquén y Alto Valle, la filial estaba conformada en 1986 por las siguientes Madres: Aida Enriqueta Passarini de Peralta, Inés Rigo de Ragni, Adelina Pons de Pifarré, Dolores Noemí López Candan de Rigoni, Josefa Lepori de Mujica, Feliciana Alcapan de Pichulman, Zara Maritana de Ehais de Arrazola, Lilia Julia Garnero de Vecchi, María Luisa Jacobo de Tronelli. Actualmente militan en la asociación Inés Rigo de Ragni y Dolores Noemí López Candan de Rigoni.

En: “Ni un paso atrás: testimonios de vida y lucha”. Escrito por las profesoras María Cecilia Azconegui, Emilse Kejner y Miriam Gasparini, el volumen fue editado por el “Grupo por la memoria y compromiso con las Madres y los 30.000” en 2012.


Entradas populares