“La noche de los Bastones Largos”.
DESPERTARES
-Pelícu…
-¿Me estás jodiendo? ¿Otra vez?
-...Sí, porque el cine, como tantas otras artes, ayuda a pensar más allá de la imagen.
-Está bien...¿qué película “vemos” hoy?
-Una que ya tiene algunos años: Despertares, con De Niro…
-Esta vez, la vi… De Niro está internado en un loquero… Se quedó catatónico hace una pila de años y un médico que trabaja allí desarrolla una droga para despertarlo de su estado. Toma la droga y “despierta”. Vuelve a ver a su madre; pasea con el médico...Hasta medio de novio se pone.
-Sí, esa misma. El caso es que el tipo cada vez necesita más medicación para estar despierto. Se vuelve cada vez más torpe y queda nuevamente sumido en ese letargo que había transitado a lo largo de su vida. Creo que una voz en off dice al final (por suerte la viste, si no, no te podría contar el final) que el tipo permaneció así hasta su muerte, en un letargo perpetuo apenas interrumpido por una serie de despertares. -Sí, tal cual… La pregunta de rigor: ¿A qué querés llegar?
-El 28 de julio del 66 se produjo esa infamia que la Historia se encargó de nombrar como “La noche de los Bastones Largos”. Y no pensé solamente en esa represión a universitarios, una entre tantas… Pensé en la palabras Noche, oscuridad, Onganía… Recordé que pocos años después vendría la luz, el despertar. Pensé en las palabras Mayo, Sorbona, Córdoba, Tosco. Y pensé en los sucesivos “despertares”. Efímeros, acaso; agujereados de extensos letargos. Pensé en Ezeiza, en la vuelta de aquel que tardó demasiado en volver; pensé en esa muerte tan seguida a la vuelta. Y otra vez la noche, más oscura que nunca. Y cuando volvimos a despertar parece que nos duró la modorra hasta muy tarde. -Pero siempre se puede volver a despertar… ¡Qué sé yo! Las noches parecen cada vez más largas. Te mandan a dormir a los palos, de nuevo. Los bastones con los que golpean a la universidad vuelven a ser largos. Tan largos como larga nos parece la noche que volvemos a transitar.
Seba Alegre /archivo Viento del Sur/
