Shell significa concha.
Shell, una de las empresas más ricas del mundo según el ranking Fortune, cuenta en su haber con derrames de hidrocarburos, desastres socioambientales, extractivismo de ganancias exorbitantes a costa de la vida ajena. Es la misma empresa que cedió su CEO, Juan José Aranguren, al gobierno de Mauricio Macri: fue su ministro de Energía y Minería (¿alguien se acuerda de las facturas previas de gas, hasta entonces bimestrales?). Macri es también heredero de una fortuna que proviene de otros desangres del Gran Chaco: maderas, tanino, ya sabemos... ¿sabemos?
Ayer un local de la concesionaria Shell en una localidad de Argentina hizo el "chiste" en video, hoy viral, de la piba a la que un grupo de varones hace desaparecer siguiendo el modus operandi del femicidio: en una bolsa de consorcio, en la camioneta blanca con que se secuestra a niñas y mujeres. Los "hombres de la bolsa" (¿la de consorcio?, ¿la de Comercio?) de la competencia, YPF, replicaron: entre bueyes, como decía mi abuela, no hay cornadas.
Shell significa concha y esto es sólo un poco de su historia, del camino que nos trajo hasta este presente.
Shell significa CONCHA y nosotras estamos hartas.